Fue mandada construir por Luis IX (el futuro San Luis) entre 1242 y 1248 para conservar las reliquias de la Pasión de Cristo. La más conocida de ellas es la Corona de Espinas, adquirida en 1239.
Durante el período revolucionario sufre numerosos deterioros, comenzando a partir de 1846 una gran campaña de restauración a la que se debe el aspecto actual del edificio.
La fotografía pertenece a la capilla superior, que está suntuosamente decorada. En las 15 vidrieras aparecen 1113 escenas que cuentan la historia de la humanidad, desde el Génesis a la resurrección de Cristo.